martes, 22 de mayo de 2012

Arriesga


Cambios, unos buenos y otros malos.
Decisiones, más de lo mismo, a veces acertadas y otras no.
Hay que saber tomarlas y aceptar sus consecuencias. Lo de quedarse quieto, mirando como pasan las oportunidades corriendo ya no merece la pena. Hay que lanzarse a la piscina, mover ficha, arriesgarse, porque vivimos en un mundo que es o todo o nada. No sirve quedarse en medio o conformarse con lo primero que viene.
Esto siempre trae algo detrás, sí; pero hay que saber hacer un balance, analizar los pros y los contras y averiguar si nos traerá problemas (cosa que casi siempre aparece)
¿Y qué?
 Un problema no es el fin del mundo, y si la felicidad que vas a obtener por arriesgarte es mayor a todo lo negativo que va a traer, aplaude y sonríe, pues esa sensación no te la va a quitar nadie.
Vivir con miedo, agobiarse con esos fallos de la vida al final son sinónimos de no disfrutarla.
¿Que vas a ganar algún enemigo por ganar a una persona que realmente está marcando tu vida? No se tú, pero yo eso no lo cambio. Las personas, a veces, son tóxicas. Y si realmente juzgan sin conocer, son ellas las que están perdiendo algo y cerrándose en banda.
Gran consejo: tú a tu bola.
No pierdas experiencias ni las mires de lejos, vívelas. Que de los errores se aprende, pero para aprender hay que cometerlos. A demás, la experiencia no te la quita nadie, y puedes empezar por curiosidad, y acabar estando realmente relajado y contento; feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario